Comunicación Interna en las Organizaciones


Un valor muy conocido, pero complejo para desarrollar

Muchas veces hemos escuchado hablar sobre la comunicación interna y la importancia que tiene la misma a la hora de alcanzar el cumplimiento de los objetivos organizacionales, como así también que ayuda a mejorar el clima laboral.

Sin embargo, en muchas organizaciones a menudo se confunde Comunicación con mera Información.
 
Los trabajadores necesitan que sus líderes directos sean emisores de mensajes honestos y claros, como así también, que no oculten información. Sin duda, la confianza y la coherencia son los puntos más críticos que se deben resolver en las organizaciones.

La información es enviar el mismo mensaje a todos. En cambio, la comunicación es un proceso circular del mensaje entre el emisor y el receptor, con su correspondiente retroalimentación que va y viene. Es observar las reacciones de las personas y es cómo nos conectamos exitosamente con los otros. El éxito de esto depende de cuán bien interpretamos a los demás y qué tan bien los otros nos interpretan.

La comunicación positiva y productiva:

* Fortalece las relaciones entre los miembros de una institución, haciendo que se sientan parte de una “acción común”, es decir motiva e integra a los empleados.
* Profundiza en el conocimiento de la empresa como entidad, de esta manera el personal se involucra en los grandes temas de la empresa.
* Promueve el intercambio y el diálogo entre diferentes departamentos y un conocimiento amplio entre todos los miembros que forman parte de la organización.
* Propicia la “retención de talentos”, es decir, el hecho que los empleados sientan que son tenidos en cuenta por la empresa y valorados, tanto en lo profesional, como en lo personal, hará que éstos renueven su elección por la empresa y continúen brindándole lo mejor de su tiempo y capacidad.

De nada sirve tener “buenas intenciones”, implementar un amplio repertorio de herramientas de comunicación, si ésta no nace de una auténtica cultura empresarial convencida de la necesidad de comunicación. Si esta filosofía no está implantada, las herramientas más eficaces no servirán.

Para que esta transformación resulte exitosa, en necesario romper con esos viejos paradigmas contenedores de esquemas lineales y obsoletos.

En primer lugar, es fundamental realizar un diagnóstico para desarrollar un plan de comunicación. El diagnóstico es básicamente un trabajo de campo en el que se busca conocer los hábitos de comunicación de la gente, conocer qué canales prefieren, cuáles son sus gustos, sus motivaciones y sus deseos.

También se pueden reconocer las necesidades insatisfechas del público interno, como así también, reconocer fortalezas y debilidades en la gestión.

Tanto la participación como el contacto cara a cara son claves para obtener los resultados y ponerse en acción.

Resumiendo, la comunicación interna tiene muchas utilidades y a su vez es un proceso de gran importancia; pero para lograr un verdadero plan que funcione, es necesario un cambio de mentalidad, en donde deben estar concientizados todos y principalmente quienes toman las decisiones, como los directivos y gerentes.

Trabajar en conjunto para reconfigurar las prácticas, dinámicas y formas de organización. Una tarea desafiante pero vital para asumir.

Depto. de Administración y Finanzas de Arizmendi