Problemas de organización de las Asociaciones Civiles y Fundaciones


Si bien el objetivo de la existencia de estas Organizaciones no es el lucro, es muy común que los Directivos de las mismas no vislumbren que el lucro está presente detrás de cada actividad que realizan. La obtención de recursos para poder lograr el cumplimiento de los principales objetivos fundacionales es central. Sin los mismos, los proyectos, las actividades y los sueños de estas entidades no se concretarán, y las Organizaciones mismas no serán sustentables en el tiempo.

Como el tema de los recursos es un tema fundamental en estas Organizaciones, y aún quizás en mayor medida que en otras formas societarias que persiguen fines de lucro, se hace imprescindible contar con sistemas de información apropiados. Esto genera la necesidad de llevar registros adecuados al tipo de actividad que desarrollan, dependiendo de la envergadura de las mismas, que a su vez, serán imprescindibles para la toma de decisiones.

Por eso, en este contexto, se hace necesario un adecuado control de todas las operaciones. Lamentablemente en la práctica esto no siempre sucede, porque sus dirigentes suelen estar volcados a la acción y, sin percibir su importancia, ven como una rdida de tiempo y dinero las tareas administrativas. Sin embargo, cada vez más, a medida que se incrementa el volumen de las actividades, reflejar la transparencia de las operaciones se hace imprescindible, puesto que eso va a ser un índice de confianza, generador de prestigio y, por ende, de mayores ingresos, entre otras cosas.

En la mayoría de los casos no cuentan con un ambiente de control, producto de la propia cultura organizacional que prevalece en las mismas. En algunos casos, por el entusiasmo de hacer obras, no se indaga, por ejemplo en el origen de los fondos, y sus directivos se involucran, así, en situaciones comprometidas. En otros, aprovechándose de la propia estructura de este tipo de Entes, sus integrantes aparentando una finalidad de bien común, llevan adelante actividades con un propósito diferente para el cual fue creada la Institución, dando lugar a prácticas fraudulentas, tales como la evasión impositiva, el lavado de dinero o el propio enriquecimiento personal o corporativo.

El control, entonces, pareciera ser una mala palabra para estas Organizaciones; sin embargo se torna imprescindible. Por otra parte, si bien históricamente las disposiciones legales y estatutarias orientan el control a las llamadas Comisiones Revisoras de Cuentas o Fiscalizadoras, actualmente la participación de los profesionales en Ciencias Económicas se hace cada vez más necesaria. La tarea de los mismos no se circunscribe simplemente a emitir una opinión sobre los Estados Contables, en su calidad de Auditores externos. Hoy en día, con las normas profesionales vigentes, las normativa anti-lavado, más las cada vez más exigentes reglamentaciones de los Organismos Estatales de Control, hacen que la tarea profesional deba ser más exhaustiva, evaluando los controles internos existentes y asesorando en una variedad de temas organizacionales.  

Por las características señaladas y los problemas de organización planteados, el profesional en Ciencias Económicas, cuando actúa en su rol de auditor externo, asume su responsabilidad en un contexto de alto riesgo; por lo cual, el trabajo que desarrolla insume mayor tiempo, debido a los riesgos inherentes, viéndose obligado a aplicar procedimientos más extensos y exhaustivos, con una valoración por parte la Dirección del Ente que no siempre está acorde a la magnitud del trabajo realizado y a los beneficios que éste le representa a las Organizaciones a las que nos referimos.